domingo, 1 de diciembre de 2013

¿Por qué una ganga no es un buen regalo?

Siguiendo con la temática de la entrada anterior, creemos haber encontrado otra norma social de la que, por lo general, no somos conscientes y queremos dejar planteado otro experimento de ruptura.
Hemos caído en la cuenta de que ninguna de nosotras al hacer un regalo le diría a esa persona: "no sabes lo barato que me ha costado, lo he pillado en rebajas y ha sido una ganga". Es más, varias de nosotras hemos regalado cosas que nos han salido más baratas que su precio original y no se lo hemos dicho a la persona a la que se lo hemos regalado. Y nos preguntamos, ¿por qué se da esto? ¿por qué sentimos la necesidad de ocultar que hemos comprado un regalo por un precio menor al original, si el producto tiene exactamente las mismas características que tenía al principio?
Podríamos formular una hipótesis que dijera que esto se da porque la persona podría sentirse poco valorada si nuestro regalo tiene poco valor, pero se ve descartada si tenemos en cuenta el valor emocional. Muchas veces hacemos regalos que no nos cuestan prácticamente nada, como un marco con una foto, pero que tienen un alto contenido emocional. Por lo tanto, el valor del regalo no depende únicamente del precio, sino también del componente emotivo.
Queremos dejar planteado un experimento de ruptura que consistiría en comprar un regalo a una persona, sin importar si está rebajado o no, y decirle al dárselo: "me ha costado baratísimo en las rebajas, ha sido una auténtica ganga".

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Experimento de Ruptura

Durante un día entero, dos jóvenes pasearon en calcetines por su universidad. Poco a poco, la gente que pasaba a sus alrededores, se percataban de lo extraño que era aquella falta de zapatos.
Algunos, más atrevidos, se atrevían a pararles y preguntarles el por qué de su estilo. Ellas, serenas y con actitud de normalidad respondían “¿Qué pasa? ¿Tú no vas descalzo por la universidad?”
Muchos se reían, otros ignoraban a las chicas y curiosamente, otra joven se atrevió a susurrar “¡Que guarras!”.
Todas aquellas personas que pasaban cerca de ellas y observaban sus pies se quedaban sorprendidos. No es habitual ver a los alumnos caminar descalzos por la universidad o la calle. Esto, es un acto prácticamente exclusivo del hogar en el mundo occidental.
La finalidad de este experimento era captar la impresión creada en el resto de los transeúntes. En nuestra sociedad, existen normas sociales, que finalmente, son reglas creadas y autoimpuestas en la sociedad de manera voluntaria. Todos, sin saber un por qué, sin reflexionarlo al levantarse, se ponen zapatos para ir a la calle. No llevarlos es de “guarra”, “asquerosa”, “desagradable”, “sucia” y en casos extremos hasta “pobre”.
Pero, ¿de verdad es asqueroso ir en calcetines por la universidad? ¿quién crea estas normas sociales absurdas? ¿Quién nos impide ir cómodos?


lunes, 25 de noviembre de 2013

Nos morimos por ser Barbies


  •  Según los estudios 4 de cada 5 niñas de 10 años dicen que tienen miedo de ponerse gordas.
  •  El 42% de las niñas de quinto a sexto de primaria desearían ser más delgadas.
  •  Y la mitad de las niñas de entre 9 y 11 años afirman que se sienten mejor con ellas mismas cuando comen dieta.


¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Como niñas tan pequeñas que aun no han llegado ni al instituto han aprendido a preocuparse así de su físico y no de jugar al futbol y comer dulces hasta que salieran caries? En un momento en el que deberían estar disfrutando de una época cuya mayor responsabilidad es aprobar las tablas de multiplicar, ¿qué les hace preocuparse tanto por las dietas y el estar delgadas? Y sobretodo ¿qué les está provocando esta ansiedad a largo plazo?
Para el momento en que alcanzan el instituto 1 de cada 10 estudiantes comienzan a desarrollar un trastorno alimenticio, un patrón anormal de alimentación, ya sea en exceso o en escasez.
De todas las personas con desórdenes alimenticios el 90% son mujeres de entre 12 y 25 años.
Si nos remontamos hasta la infancia de un niño que es lo que por lo general tienen todas en común, las muñecas, y más concretamente las dichosas Barbies.
En una feria sobre la anorexia en EEUU una adolescente que recientemente había superado esta enfermedad decía “Yo no culpo a Barbie de mi enfermedad, ella es un pequeño factor, soy rubia y tengo los ojos azules y suponía que era a ella a quien tenía que aspirar físicamente. Era mi ídolo. Impacto en gran medida en la manera en que me veía a mí misma”

Esta es una nota que encontró en un cajón una madre en el cuarto de su hija de 9 años.


Priorizamos un aspecto físico, que no es más que una mera moda, por encima de la salud. Cuando se puso de moda tener la piel blanca la gente bebía vinagre para conseguirlo, la automutilación, la extremada delgadez, las uñas, el pelo, desde que tenemos memoria nos vemos influenciados por millones de factores que nos enseñan a obsesionarnos por nuestra apariencia y nuestro cuerpo.
La cuestión es, ¿Podemos darnos cuenta de hasta que punto estamos influenciados?


Las proporciones fantasma de Barbie:
  • Cuello: Dos veces más largo que la media y 15cm más estrecho. Sería incapaz de levantar la cabeza.
  • Cintura: De 40cm, más pequeña que su cabeza, que sólo deja sitio para medio hígado y unos centímetros de intestino.
  • Muñecas: No puede levantar nada pesado con sus muñecas de 8cm.
  • Piernas: El doble de largas que sus brazos, cuando lo normal es que midan un 20% más. Y mucho más delgadas, con un contorno únicamente de 40cm aproximadamente.
  • Debido a sus tobillos de 15cm y a unos pies de 22cm Barbie tendría que andar a cuatro patas para poder desplazarse.


martes, 19 de noviembre de 2013

¿POR QUÉ ESTÁN DE MODA LOS “SELFIES”?


 Un “selfie” es una fotografía en la que normalmente el fotógrafo y el retratado es el mismo. Ésta persona se autorretrata y sube la fotografía a internet, especialmente a redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram.
Instagram cuenta con más de dos millones de imágenes con la leyenda “yo”, 47 millones con “selfie”, y 133 millones con “me”.
Esta moda comenzó en 2010 con la llegada de teléfonos móviles inteligentes con cámara incorporada, aunque anteriormente algunos “jóvenes trendy” ya practicaban esta actividad con cámaras digitales.

Los “selfies” típicamente incluyen únicamente al fotógrafo, aunque existe una nueva modalidad, el “selfie de grupo” en la que aparecen dos o más personas. Este término no ha sido aceptado formalmente aún.
Este fenómeno se ha extendido de tal manera que, en agosto, la versión digital del Diccionario Oxford de Inglés recogió la palabra “selfie”: “Una fotografía que se ha tomado de uno mismo, por lo general se la toma con un teléfono inteligente o cámara web, y es subida a un sitio web de redes sociales”.
La cultura del autorretrato en adolescentes comenzó en 2004 junto a una “tribu urbana” conocida como los floggers . Además de por sus bailes o looks típicos, tenían como afición compartir “selfies” en la red social Fotolog.
Robert Cornelius, un pionero de la foto en Estados Unidos, ya se había autorretratado en 1839, quizás fue el primero en realizar una verdadera “selfie”, dando paso a una tendencia que desde entonces sigue en auge.
Podemos ahondar más en el pasado anterior a 1839. Pintores como Rembradt, El Greco, Van Gogh o Renoir fueron prolíficos al autorretratarse. Esto sería la prehistoria de los “selfies”, cuando no existía la fotografía ni las cámaras digitales.
El artista José Miguel Rojas explica que el autorretrato es un fenómenos meramente occidental y en su caso particular le sirve para registrar sus estados de ánimo.
Pero, ¿el “selfie” actual es una manera de demostrar únicamente los estados anímicos?
“Para algunos, esta cultura selfie es a su vez un autorretrato de una generación obsesionada con la frivolidad y la imagen. Los otros responden con “no se estrese, abuelo, tampoco hay que exagerar”. -Largo Camino-
Podemos afirmar que hay una diferencia entre la intención que tenía Van Gogh y la de Justin Bieber , Miley Cyrus y muchas otras celebrities que suben fotos a las redes sociales  haciendo muecas.
Algunos definen a la sociedad actual como frívola, superficial y escasa de valores tradicionales. Quizás, ésta sea la causa del apogeo de los “selfies”. El individualismo o yooismo es predominante en las sociedades occidentales, y, ¿qué mejor manera de mostrarlo que fotografiándose a uno mismo? Estas imágenes son la metáfora perfecta para el egocentrismo contemporáneo: “¡Mírenme!”.
Los “selfies”, además, están pensados al detalle, la raya del pelo se encuentra en el centímetro exacto y tapa minuciosamente el rabillo del ojo. Los “morritos” y los dedos al estilo victorioso de Winston Churchill son también muy comunes.
Existen otras razones por las que muchos realizan “selfies”: para  llamar la atención de otras personas, levantar la autoestima o presumir de logros.

Los famosos son un rango muy amplio de “autorretratados”, y estos son los primeros en necesitar la publicación de fotos para aumentar su notoriedad.
Así, encontramos a Kim Kadarshian, Miley Cyrus, Selena Gómez, Lady Gaga, las hijas de Obama, españoles como Paula Echevarría, etc. Pero sin duda, el rey de los “selfies” es ¡Justin Bieber!.

 Los actores y cantantes no son los únicos que realizan estas fotos. El astronauta japonés Aki Hoshide se realizó una “selfie” durante una caminata espacial y el papa Francisco realizó la primera “ selfie papal” cuando un grupo de jóvenes católicos se autorretrataron con él.
El fenómeno de las “selfies” llegaría a su punto álgido cuando la revista Rolling Stone colocase en la portada de agosto un autorretrato de Jahar Tsarnaev, el sospechoso por los atentados terroristas en Boston.

Por último, las “selfies” no se limitan a retratar un rostro bonito o gracioso. Este fenómeno ha derivado en “selfies funerarias” ahora de moda en redes como Tumbrl e Instagram y los “sex selfies”, dónde el fotografiado expone alegremente su cuerpo prácticamente al desnudo.


Las “selfies” son sin duda una de las mayores modas desde el 2010. Es algo divertido y social, una manera de llegar a muchas personas y darnos a conocer. El problema está cuando su finalidad es egocéntrica o imprudente…

Convertir el anti-moda en moda


Podemos afirmar que cualquier cosa puede convertirse en una moda, hasta lo que surge como anti-moda. En los años 70 surgió un movimiento denominado Punk que se rebelaba contra las normas impuestas y defendía la anarquía. En concordancia con estas ideas, su estética pretendía romper con la belleza y ser el anti-moda, buscaban lo anti-estético, lo que estuviera más alejado del modelo de belleza que defendían aquellos contra los que se rebelaban.  
La filosofía de los punks se basaba en la idea “there is no future” (no hay futuro), un concepto pesimista que hizo que abogasen por el nihilismo y la anarquía y que, por tanto, despreciasen la sociedad con sus valores y su estética. Rechazaban los dogmas y el consumismo.

En cuanto a su estética, los punks pretendían conseguir un aspecto antisistema y principalmente se apoyan en el “hazlo tú”, la automutilación, el rechazo de la belleza, la provocación política y el aislamiento (entendido como “espantar” a los demás). Se les reconocía por llevar crestas de colores, cazadoras con tachuelas, imperdibles, pinchos, collares de perro, botas con la puntera metálica, argollas, tela escocesa, vaqueros rotos, cadenas, maquillaje estrafalario, cruces, esvásticas…


 Viviene Westwood y las hermanas Tish y Snooky Bellomo pueden considerarse como las responsables de este fenómeno de convertir el estilo punk en moda al crear sus respectivas tiendas SEX y Manic Panic, donde se diseñaba y se vendía ropa acorde con la ideología de este movimiento.

 A partir de este momento, multitud de diseñadores se han inspirado en el movimiento punk, aunque en su origen surgiera como protesta ante la sociedad y sus valores consumistas que precisamente representan estos diseñadores. La sociedad de consumo ha conseguido que se convierta en moda lo anti-moda.
Una de las marcas que más ha adaptado el movimiento punk a sus colecciones ha sido Balmain, con ejemplos como los siguientes de su colección primavera verano de 2011:

Actualmente, la tendencia punk está en auge. Marcas como Givenchy o Saint Laurent, entre muchas otras, se han inspirado en este movimiento para sus colecciones de este año. El pasado mayo el Metropolitan Museum of Art de Nueva York inauguró una exposición dedicada al impacto del punk en la alta costura titulada "Punk: Chaos to Coutre".
Ya no solo esta esta moda en las marcas de alta costura, sino que se ha convertido en un fenómeno de masas con su utilización tanto por bloggers como por celebrities. Hoy por hoy, podemos encontrar prendas de clara inspiración punk en tiendas de consumo masivo como Zara o Mango.













martes, 29 de octubre de 2013

àFaShiOn KiDs
 La moda es algo que no entiende de fronteras, de sexos, de edades,… a todos nos afecta, a todos nos influye pero, últimamente, hemos podido ver una nueva tendencia en este sector, un nuevo mercado que nadie había tenido en cuenta aún, los Fashion Kids. Pequeñas personitas que, disfrazados por sus padres, llenan Instagram, Pinterest y muchas otras redes sociales. Estos adultos en miniatura son todo un fenómeno, visten las marcas más prestigiosas, modernas y caras. Todos siguen (o sus padres les hacen seguir) las últimas tendencias, todos llevan, no solo las gafas de sol más ‘it’ sino que también el último corte de pelo. Además, hablan, caminan, gesticulan y posan como cualquier otro fashion victim.
Pero, aparte de parecer adorables y hacer gracia, ¿qué supone este fenómeno? ¿cómo serán estos niños de mayores? ¿en qué están pensando los padres cuando les visten así? Y, sobre todo, ¿cuál es el nuevo papel de los niños en la moda?



Vogue, revista pionera y de referencia para la moda y la sociedad, en febrero de 2012 saca un editorial protagonizado por niñas muy pequeñas que no deben tener mas de 10 años. Salen muy maquilladas, con posturas sugerentes, con joyas, ropa y complementos de marcas de lujo, se encuentran ante la cámara totalmente a gusto, como unas modelos más. La revista, en su línea, se adelanta a las tendencias y, a veces, corre el riesgo de crear polémica.



En otras ocasiones se trata a los niños como un complemento más… Vogue Rusia propone otro editorial en el que también aparecen niños pequeños con la modelo Maryna Linchuk. La ropa es de Nina Ricci, Burberry Prorsum, Azzedine Alaïa entre otras. 




 Surgen, así, distintas posturas. Por un lado, la mujer que hoy en día trabaja y tiene hijos, también se interesa por la moda. Siguiendo esta línea, ¿no es normal y natural que también formen parte de campañas publicitarias?
La industria, por su parte, anteriormente y durante muchos años acusada de ser frívola y superficial a lo mejor intenta así mostrar una imagen más amable y cercana pero, ¿lo consigue o provoca exactamente lo contrario?
¿Es bueno meter a los niños en negocios? ¿Cuánto repercute que su imagen sea utilizada desde tan pequeños?