Durante un día entero, dos jóvenes pasearon en calcetines
por su universidad. Poco a poco, la gente que pasaba a sus alrededores, se
percataban de lo extraño que era aquella falta de zapatos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhA9s0FwCiQpdog_BRwm3edhonIZ4_2ogVcuJQcHLLiJjW2UrQQu44amIO-Bsismcqa54Y8iXRiQxal_WKcziVbTJUoXI_XfbSqJdAj3sjHJPxuvdSTu4Ztv4eZtlfCznwu4luxllP6V6X/s400/SC20131127-120218.png)
Muchos se reían, otros ignoraban a las chicas y
curiosamente, otra joven se atrevió a susurrar “¡Que guarras!”.
La finalidad de este experimento era captar la impresión creada en el resto de los transeúntes. En nuestra sociedad, existen normas sociales, que finalmente, son reglas creadas y autoimpuestas en la sociedad de manera voluntaria. Todos, sin saber un por qué, sin reflexionarlo al levantarse, se ponen zapatos para ir a la calle. No llevarlos es de “guarra”, “asquerosa”, “desagradable”, “sucia” y en casos extremos hasta “pobre”.
Pero, ¿de verdad es asqueroso ir en calcetines por la
universidad? ¿quién crea estas normas sociales absurdas? ¿Quién nos impide ir
cómodos?
Realmente nadie nos lo impide, pero coincido contigo. Es triste el saber que debemos seguir sus "estatutos" sociales para poder pasar como "normales", es muy cómodo andar en calcetines e incluso descalzo.
ResponderEliminar