domingo, 1 de diciembre de 2013

¿Por qué una ganga no es un buen regalo?

Siguiendo con la temática de la entrada anterior, creemos haber encontrado otra norma social de la que, por lo general, no somos conscientes y queremos dejar planteado otro experimento de ruptura.
Hemos caído en la cuenta de que ninguna de nosotras al hacer un regalo le diría a esa persona: "no sabes lo barato que me ha costado, lo he pillado en rebajas y ha sido una ganga". Es más, varias de nosotras hemos regalado cosas que nos han salido más baratas que su precio original y no se lo hemos dicho a la persona a la que se lo hemos regalado. Y nos preguntamos, ¿por qué se da esto? ¿por qué sentimos la necesidad de ocultar que hemos comprado un regalo por un precio menor al original, si el producto tiene exactamente las mismas características que tenía al principio?
Podríamos formular una hipótesis que dijera que esto se da porque la persona podría sentirse poco valorada si nuestro regalo tiene poco valor, pero se ve descartada si tenemos en cuenta el valor emocional. Muchas veces hacemos regalos que no nos cuestan prácticamente nada, como un marco con una foto, pero que tienen un alto contenido emocional. Por lo tanto, el valor del regalo no depende únicamente del precio, sino también del componente emotivo.
Queremos dejar planteado un experimento de ruptura que consistiría en comprar un regalo a una persona, sin importar si está rebajado o no, y decirle al dárselo: "me ha costado baratísimo en las rebajas, ha sido una auténtica ganga".